Psicoterapia individual y parejas desde 1982

JESÚS GARCÍA BLANCA ENTREVISTA A XAVIER SERRANO. REVISTA “MENTE SANA”

Artículo y entrevista publicados en el número 85 (octubre, 2012) de Mente Sana.

— El concepto de “Ecología de Sistemas Humanos” es el fruto de una larga experiencia profesional y de una trayectoria personal compleja y apasionante. Explícanos cuándo desarrollaste esta idea y a partir de qué materiales, de qué vivencias, cómo se relaciona con tu experiencia como psicoterapeuta.

Siendo muy joven, finales de los 70, formé parte de colectivos comunales, libertarios y ecológicos, dentro del movimiento beat y de la llamada “ecopsicología”, muy influído todo ello por la obra de autores como Kropotkin, W. Reich, Marcuse o Th. Roszak. Encaminando mi vida hacia el campo de la prevención del sufrimiento emocional, de la enfermedad, de la salud, realizando mi análisis personal y formación como psicoterapeuta reichiano (orgonterapeuta) en Italia y Francia con especialistas como Piero Borrelli y Federico Navarro, ambos formados por Ola Raknes, colaborador de W. Reich.

Desde entonces, tanto en mi praxis profesional dentro de los equipos interdisciplinarios de la Es. Te. R. - treinta años de “diván reichiano”, acompañando procesos personales profundos de sufrimiento y cambio, y de intervención preventiva en el campo familiar y educativo, - como en mi vida personal y familiar (padre de tres hijos) -, he intentado aplicar lo aprendido desde una posición “epistemológica”, de observador implicado, para aprender, no solamente lo que confirmaba las hipótesis iniciales, sino también de todo lo que no cumple las expectativas, de los límites, de los errores. Lo que me fue vinculando a autores actuales como J. Bowlby, M. Odent, H. Maturana, F. Capra, o E. Morin.

Hace unos años, en una asamblea de la Escuela Española de Terapia Reichiana (ESTER) planteé el objetivo de intentar sistematizar toda nuestra experiencia en el campo de la intervención preventiva desde la vida intrauterina hasta la adolescencia, situándola dentro del movimiento “Ecología global, con la necesaria interconexión con otros autores, como los ya citados,, colectivos y teorías vanguardistas, definiendo dicho proyecto como “Ecología de sistemas humanos”. Porque si bien, nuestra principal identidad profesional es la de psicoterapeutas, nuestra praxis Reichiana (caracteroanalítica), nuestra forma de abordar el sufrimiento emocional y la psicoterapia, nos está siempre mostrando sus causas y sus razones, que se encuentran tanto en las dinámicas sociales como en las relaciones que se establecen en los sistemas familiares y educativos entre los padres-educadores y los niños-niñas durante su proceso madurativo (ontogénesis). Lo cual implica que no estamos hablando de un tema individual, sino de colectivos, de grupos, de sistemas, que sin ser conscientes establecen-establecemos dinámicas relacionales y educativas que son la base de las futuras neurosis-psicosis, de los caracteres rígidos y mecanicistas y de las dinámicas sadomasoquistas.

Lo interesante es que lo cambios que vamos observando en nuestra intervención preventiva enriquece el conocimiento sobre el ser humano y refuerza nuestra praxis clínica. Y, al mismo tiempo, como ya he dicho nuestro conocimiento clínico nos hace ver las causas de los conflictos y del sufrimiento emocional. Lo clínico y lo psicosocial establecen una circuito funcional y complementario, y por tanto interdisciplinar.

— ¿Entonces podemos decir que la ESH tiene raíces antiguas, no sólo Wilhelm Reich o AS Neill sino en autores más políticos como Kropotkin? Pero también enlaza con la teoría de Gaia, que concibe la tierra como un ser viviente…

Efectivamente, junto a la teoría de la Autorregulación de W. Reich y del líder de Sumerhill, A. Neill, la teoría del apoyo mutuo del líder libertario Kropotkin, reforzado actualmente por científicos actuales como H. Maturana o Tomasello, incluso el hedonismo de Epicuro (“hedonismo solidario” aclara el filósofo francés, M. Onfray), el nihilismo de Nietsche, la teoría sexual de la neurosis de Freud o la teoría de la plusvalía de K. Marx, son algunos de sus pilares fundamentales. Porque lo son de la ecología en general. Y no por casualidad han sido, teorías y autores mal interpretados, tergiversados y marginados por el status quo tanto político como intelectual.

La teoría de Gaia de Lovelock, como la Ecología humana de Gabor, etc, desde mi punto de vista forman parte de la ecología social y política que complementa la ESH., cuyo foco se dirige hacia las formas relacionales durante el desarrollo madurativo del mamífero-ser humano.

— Y pensadores actuales como Edgar Morín o Maturana parecen caminar también en la misma dirección…

Lo correcto sería decir que la ESH incorpora también las teorías de pensadores vanguardistas que para nosotros forman parte del nuevo paradigma definido por el físico californiano F. Capra, como “Ecología global”, siendo crucial la aportación de E. Morin con el desarrollo del “pensamiento complejo”, que en muchos aspectos coincide con los expuestos por W. Reich unas décadas antes en la teoría que definió como “Funcionalismo Orgonómico”. Hay que enlazar lo que hay de común entre diversas teorías y desde ahí trabajar junt@s. Por eso urge una política hermeneútica en el campo del conocimiento y una posición de trabajo en equipo, interdisciplinar, rompiendo la barrera entre las ciencias, tal como apuntaban estos dos autores citados (Reich y Morin).

— Cómo se trasladan al desarrollo humano las ideas que ya nos son familiares en relación con la ecología: interdependencia, influencia del entorno, problemas medioambientales, ecología política…



Ese es uno de los retos de la ESH, aplicar las leyes de lo Vivo, - tanto a nivel macro (funcionamiento de nuestra Tierra o Gaia, o de los sistemas planetarios) como micro (física cuántica, teoría de sistemas, medioambiente, políticas sociales y laborales, etc)- en el desarrollo de los sistemas humanos que yo defino como “vitales” (educación-familia).

En la práctica supone vincular los movimientos de ecología política ( partidos verdes) y los de la ecología social (colectivos ecológicos) con los la ecología de los sistemas humanos (colectivos de salud, educación, prevención, etc).

Ese es, probablemente, nuestro mensaje principal: unificar praxis, crear redes, interrelacionar experiencias, organizar funcionalmente la “complejidad”, para dar también alternativas globales que permitan cambiar radical y de forma permanente este estado de cosas, superando la crisis planetaria extrema en la que nos encontramos.

Teniendo presente que mientras que no tod@s podemos tener una participación directa en la ecología política ni en la social, si la tenemos en la de los sistemas humanos, bien como padres, como educadores o como ciudadanos, siendo la clave del cambio real y profundo. Porque, como se ha demostrado históricamente, por muchos cambios políticos, sociales o medioambientales que se produzcan si no modificamos nuestra forma de percibir, de sentir, de relacionarnos con el otr@ y con lo otro, en última instancia nuestro carácter y nuestra conciencia, el sadismo, el egoísmo, el ansia de poder y el autoritarismo vuelven a gobernar sea cual sea la bandera o el color que representen.

— ¿Es el ser humano un animal? ¿Qué compartimos con los animales y qué nos diferencia de ellos?

Somos mamíferos humanos. Esto supone que tenemos particularidades comunes al resto de mamíferos y al mismo tiempo las propias del ser humano, consciente y complejo. Nuestro desarrollo filogenético (como especie) ha quedado reflejado en nuestro cerebro, tal como demostró McLean. Así, si bien todas las funciones humanas son consecuencia de la interrelación de todas los espacios o áreas cerebrales, hay uno más interno, vinculado básicamente a lo al instintivo, que se denomina “reptiliano”; otro intermedio denominado límbico, vinculado a las emociones y el manto cortical o cortex especialmente vinculado a las funciones cognitivas o racionales.

Nuestra tendencia a “entrenar” al sistema cognitivo olvidando el resto hace que se produzca una “especialización “ cerebral que se refleja en el cuerpo en general, con la tendencia a la parcialización y a la disociación base de las patologías, a diferencia de la integración psicosomática y la funcionalidad sistémica, base de lo saludable y uno de nuestros objetivos como psicoterapeutas reichianos.

Olvidamos que somos mamíferos (necesidad de contacto primario, gregarismo, apoyo mutuo, etc) y olvidamos que somos Humanos (lúdicos, creativos, solidarios, conciencia planetaria y cósmica, etc). Primamos la razón sobre lo instintivo y lo emocional, pero al mismo tiempo moldeamos y modulamos la razón en función de los intereses del sistema social y del poder. Y eso nos convierte en seres con estructuras disfuncionales (neuróticas, narcisistas, psicopáticas) y un comportamiento adaptativo, normalizado, con pulsiones reprimidas como el sadismo, que surgen de forma virulenta en determinadas circunstancias, -a veces involuntarias, y otras justificadas (conflictos bélicos, eventos deportivos etc), - y una clara tendencia a la enfermedad.

-- ¿Nos ha llevado el progreso a un callejón sin salida? ¿Hemos creado un sistema social agresivo e incluso destructivo en relación con la vida, con la naturaleza, con el propio ser humano?

El progreso, el desarrollo técnico, urbanístico, sanitario, científico y social en general, es algo admirable y que refleja la inteligencia humana. Pero la forma en que se ha empleado y se utiliza todo ello, refleja la “perversión” de lo humano. Porque esa forma, la gestionan unos pocos supuestamente en beneficio de todos, que son-somos, los que en muchas ocasiones los elegimos para ello.

Gracias al progreso, como han demostrado muchos economistas y científicos como el mencionado Lovelock, podríamos vivir en un planeta totalmente diferente, donde la justicia social, la igualdad, y las condiciones de vida fueran favorables para la mayoría, incluso ante catástrofes naturales.

Pero, paradójicamente, los animales más inteligentes somos los que menos cuidamos a nuestras gamadas, y los que destruimos a nuestros semejantes por cuestiones cognitivas (ideologías, creencias, ) así como al resto de especies y a nuestro propio planeta. En los últimos 150 años hemos roto el equilibrio ecológico de millones de años… y lo hemos hecho los seres más inteligentes del planeta.

¿Por qué? Por qué esta desconexión con la realidad cósmica y planetaria, ¿por qué esa falta de proyectualidad, de perspectiva sostenible?

Creemos que, junto a la lógica del poder y de los intereses económicos, subyacen las formas relacionales y educativas

-- Los avances tecnológicos ¿nos han traído más capacidad de comunicación o un mayor aislamiento?

No hay duda de que la capacidad de comunicación es mucho mayor. En este momento los avances tecnológicos permiten a través de los medios de comunicación y de internet, potencialmente, acceder a la realidad y relacionarnos de una forma mucho más global y real.

Pero, al mismo tiempo, nos estamos acostumbrando a esos medios virtuales, olvidando que también están manipulados (especialmente la televisión, pero también, con excepciones, la prensa y la radio) y que estamos creando excesiva dependencia, especialmente de internet, lo que nos hace más vulnerables.

Por una parte porque vamos olvidando otras formas más digitales de comunicarnos (como las tertulias, las conversaciones espontáneas en los parques o en un autobús) que están al alcance de tod@s y continuamente. Son típicas las escenas donde la mayoría de personas de un autobús están tecleando sus teléfonos móviles mandando mensajes y contactando a través de las redes sociales, pudiendo darse el caso de que entre ellas figure alguna que viaje en el asiento trasero… O la de dos adut@s que chatean en un espacio de sexo virtual con seudónimos resultan ser vecinos o compañer@s de trabajo… Y, por otra, porque al pasar cada vez más tiempo en la red, -lo que implica estar cada vez más en lo imaginario, lo analógico-, vamos especializando todavía más una parte del cerebro postergando las otras, la afectiva y la “epidérmica”. Hay ya estudios que demuestran como el uso que se hace de los móviles y de los ordenadores en los niñ@s y adolescent@s de las sociedades “avanzadas”, provocan disturbios psicomotrices y alexitimias o bloqueos afectivos. Una vez más el problema no está en la tecnología sino en el uso que se hace de la misma.

De hecho no podemos olvidar (ya ha sucedido a pequeña escala) que, en última instancia, incluso internet podría bloquearse o dejar de funcionar si las autoridades gubernamentales quisieran. Por eso debemos siempre diversificar y saber utilizar todos los medios posibles para estar en contacto y comunicarnos, porque corremos el riesgo de, sin darnos cuenta, poner los medios para el aislamiento.

-- ¿Como diagnosticarías la sociedad actual al menos en lo que se refiere a los países considerados desarrollados?

Hemos vivido varias décadas en sistemas sociales narcisistas, y omnipotentes que se reflejaba en el consumo exacerbado, en el tener cosas (cocaína, dinero y sexo serían los iconos del deseo de una mayoría reflejado en la forma de vida de “Wall Street”) para compensar el vacío existencial, la falta de contacto con lo Vida y con nuestras necesidades afectivas y sexuales reales, estando al margen de las consecuencias desastrosas que eso tenía a nivel planetario y del poder lucrativo que todo ello tenía para unos pocos.

Por ello nuestra actual crisis es narcisista, y como tal, nos cuesta admitirla y buscar formas nuevas de Vida, con la idea de que “todo se solucionará” y volverá a ser como antes. Debemos asumir que nada puede ser como antes.

De la misma forma que se necesitaron 50 millones de muertos (durante la segunda guerra mundial) para asumir (al menos durante unos años) que había que cambiar la mentalidad colonial, conquistadora y bélica, actualmente debemos asumir (sin que esta guerra económica tenga más consecuencias) que no podemos seguir viviendo así, con estas política y con estas formas de uso social y relacional.

Pero es muy difícil asumir y cambiar porque estamos muy limitados para ello por nuestra propia forma de percibir, por nuestra organización estructural. Y en este sentido tod@s tenemos una parte de responsabilidad. Evidentemente, unos pocos, ocupando los poderes fácticos, tienen la mayoría, pero el resto se reparte entre cada uno de nosotr@s, profesional@s de la salud, educador@s, padres y madres, ciudadanos... Darnos cuenta de ello y asumir esa parte de responsabilidad, y por tanto de protagonismo, puede ser el principio del cambio.

-- ¿Crees que hay una puerta abierta a la esperanza a pesar de todo?

No es nada fácil, pero, como digo, es posible. Una de las claves la tenemos a nuestro alcance: Asumir responsabilidades y cambiar nuestra forma de relacionarnos y de educar, recuperando nuestra consciencia ecológica.

Debemos terminar con la represión sexual y afectiva, con los objetivos de logro, con la lógica del deber, de la competitividad, de los saberes disociados y del objetivo de logro y modificarla por la de la complejidad, la creatividad, el trabajo en equipo funcional y solidario, y facilitar motivaciones emocionales y vitales respetando ritmos e individualidades.

Debemos poner todas las cartas sobre la mesa y responder radicalmente a una pregunta esencial: ¿para qué educamos? ¿para que criamos?

Sabemos que, nuestra organización conductual, nuestro carácter, es la consecuencia, en gran medida, del tipo de educación recibida, del tipo de trato recibido, de la forma en que se han relacionado con nosotr@s nuestros padres, nuestr@s vecin@s, nuestr@s educador@s, etc.

Por ello debemos primero hacernos la pregunta:

¿Educamos en el amplio sentido relacional de la palabra (desde nuestra vida intrauterina) para ser soldados fanáticos y disciplinados, psicópatas, que matan y mueren por una bandera o una religión a las órdenes de un superior a su vez fanático y psicópata como ha sucedido durante siglos en todas las civilizaciones y sociedades, y que sigue ocurriendo actualmente?

¿Educamos para ser seres resignados, victimistas, místicos, esclavos consumistas, pretendiendo compensar nuestras carencias con la consecución de objetos, dependientes y débiles psicológicamente, y por tanto fáciles de manejar y de convencer?

¿O educamos para ser libres; autónomos y por tanto con capacidad para regularnos y gestionar nuestra realidad teniendo en cuenta mis necesidades y las del otr@; emocionales, sexuales, s

ensibles y racionales ; lúdicos, solidarios tolerantes, respetuosos, creativos y con una percepción compleja, holística e interdisciplinar. Es decir, Humanos con consciencia ecológica, planetaria y cósmica? Según lo que queramos utilizaremos unos medios u otros. Así en el primer caso, haremos como ya hacían las tribus troyanas, o la sociedad japonesa hasta la década de los 50 o los talibanes en la actualidad: entre otras cosas, arrancaremos al niñ@ de los brazos de sus padres con dos años de edad y lo pondremos a las órdenes de los tutores militares o religiosos que siguen las indicaciones de los gobernantes. Algo parecido ocurre con las separaciones primarias a través de las escuelas infantiles con dos meses, seis meses, un años dos años…!!! El vínculo afectivo se rompe de forma violenta, con todo lo que ello implica…

Para la segunda solo hay que seguir las pautas habituales establecidas, tanto en los sistemas familiares como en los educativos, y están fomentadas por lo establecido y mantienen lo establecido.

Concretamente, - junto a los embarazos estresados, los partos clínicos, las guarderías o “infiernos” infantiles (menos de cuatro años), los destetes bruscos, las lactancias mecánicas y por compromiso pediátrico, mantener los tabúes sexuales, la desinformación sexual y reproducir la represión sexual durante la infancia y la adolescencia -, por poner algunos ejemplos, tendríamos las intervenciones pediátricas que propone E. Stivill o las intervenciones psicológicas que se manifiestan en programas como el de la “supernani”, las cuales tienen como consecuencia todo lo expuesto anteriormente, y además, por si no lo saben, son muy similares a las formas educativas que proponían los “especialistas” del Tercer Reich de A. Hitler para educar a su raza aria…

Por último, la expuesta a partir de la tercera pregunta rompe con lo establecido, lo impide lo establecido, lo apoyamos unos pocos, y de esos pocos, algún@s intentamos ponerlo en práctica, pero, de esos pocos, la mayoría no tenem@s la capacidad para llevarlo adelante…Pero, como he manifestado a lo largo de la entrevista, el punto de realidad es el comienzo del cambio…

El objetivo, acompañar al niñ@, respetando su ritmo, satisfaciendo sus necesidades nutricionales, afectivas, epidérmicas y de exploración y descubrimiento del mundo. Partiendo de la base de que. como cualquier otro ser vivo, con su especificidad mamífera, tiene capacidad para crecer de forma autorregulada. Lo cual implica que es su instinto, inicialmente quien marca el proceso. Por eso necesita tanto el contacto epidérmico, el vínculo amoroso, la “urdimbre afectiva “ tal como la definió R. Carballo, no solo los primeros meses, sino durante los primeros 3-4 años de vida. Eso sí, veremos como gradualmente pasa de la dependencia más absoluta a la autonomía primaria. Va aprendiendo (capacidad mamífera y también específica humana) a través del contacto con la cosas, de la exploración, con su ritmo. Y con su ritmo individual, fuera de todo modelo genérico, come (mama si hay condiciones para ello), disfruta, llora para reivindicar sus necesidades o su malestar, duerme cuando y lo que necesita, ríe, y goza desde el principio de la Vida. Conforme crezca, y sea más consciente de la realidad, también interactuaremos más y nos haremos ver más, con lo cual irá tomando contacto de su realidad y necesidades y de las de los demás. La autorregulación implica libertad de expresión, libertad sexual, emocional, verbal, pero también implica interacción y límite, pero desde el propio ritmo …. Y así, poco a poco, estableciendo relaciones grupales, del sistema, modificando los objetivos iniciales, de forma funcional, porque en ecología todo es temporal y funcional, bajo el lema : yo disfruto si tu disfrutas, yo gozo, so tu gozas y tu gozo aumenta mi gozo…que retoma ese lema bakuniano que vendría a decir algo así como “ no puedo ser libre mientras los demás no lo sean, si bien mi libertad puede facilitar la tuya…”

Esta forma nada reglamentada, y por tanto aparentemente más compleja, se basa mucho en las relaciones instintivas de los miembros de cada sistema familiar. Por ello la intuición, el contacto, el amor, son dinámicas básicas, y por eso es complicado. Porque son capacidades que tenemos muy perdidas y la compensamos con el consejo del profesional o las instrucción del “manual” de turno…Ante dicha complejidad, el aislamiento no es buena compañera.

Mas bien todo lo contrario. Se necesita del apoyo y la presencia de un grupo de personas, no solo del sistema familiar, sino de una cierta red social que apoya ese proceso de crianza, por lo que implica una cierta posición tribal. Lo cual también es complicado en un sistema social donde estamos acostumbrados al individualismo, lo privado y lo aislado…

Por ello, en todo esto es importante tomar conciencia de nuestro desconocimiento y de nuestras incoherencias. No pretendamos saberlo todo y hacer frente a todo, porque la crianza ecológica es, en cierta manera una utopía, un objetivo a alcanzar pero que no está al alcance de la mano..

Pero, lo que si podemos hacer con más facilidad, es conocer y denunciar esas formas educativas, relacionales que perpetúan lo establecido, producen alienación y nos separan de nuestra identidad de mamíferos y de humanos, dejándonos por tanto en un vacío que debemos cubrir a base de las falsas coberturas que nos ofrece el poder establecido.

Seamos serios. Asumamos la complejidad de las cosas, admitamos las consecuencias de ciertas propuestas y reflexionemos…

En este sentido los profesionales de la salud y de la educación tenemos una gran responsabilidad y muchas cosas que pensar, debatir y decidir. No se puede educar por decreto, por consejo, ni por intuición. Ni tampoco utilizar, lo cual se hace habitualmente, el “nombre de Dios” o de lo “científico” en vano!!!

El profesional de la salud, como decía W. Reich, es un agente social, y como tal debe asumir su responsabilidad y las consecuencias de sus acciones, y no protegerse en una supuesta y falsa neutralidad profesional o técnica…!

-- Hubo un momento en la vida de Wilhelm Reich en que decidió que en vez de tratar unas pocas personas en su consulta como terapeuta, tendría mucha más trascendencia investigar el origen del sufrimiento humano y buscar la forma de evitarlo cambiando las condiciones sociales que lo generan. ¿Cómo podemos llevar hoy a la práctica esta tarea?

En realidad, como comenté al principio, la Ecología de los sistemas humanos, es un proyecto que, - siguiendo la pionera praxis psicosocial de W. Reich y de sus proyectos como Sex Pol en Berlín (1934) o el Centro de Investigaciones Orgonómicas (OIRC) en Maine (1949), pretende mostrar a l@s profesionales y a l@s ciudadanos, los medios relacionales y educativos que hay que utilizar en la infancia y la adolescencia para contribuir en la erradicación del sufrimiento emocional, junto con los cambios sociales y políticos necesarios. Porque como W. Reich, nos damos cuenta de las causas históricas y educativos de ese sufrimiento interno y también de lo que produce el sadismo y la violencia, y de las bases psicológicas en las que se apoya el discurso consumista, el miedo, el sometimiento, o la victimicidad masoquista…

Por eso, Reich, al igual que nosotr@s actuamos a dos niveles.

A nivel clínico, a través de la Vegetoterapia caracteroanalítica, modelo psicocorporal desarrollado por W. Reich a partir de su práctica como psicoanalista y enriquecida por las aportaciones de otros especialistas como mi principal maestro, el Dr. Federico Navarro (que este año se cumplirá el 10 aniversario de su muerte), y de su aplicación focal, la psicoterapia breve caracteroanalítica (P.B.C), propuesta psicosocial personal realizada dentro de los equipos de la ES.TE.R.

Y a nivel preventivo. Con familias, escuelas, medios de comunicación.

Lo que es evidente es que a nivel cuantitativo es mucho más efectiva la labor preventiva porque en menos tiempo estás evitando muchos problemas posteriores, pero también es cierto que para desarrollar crianzas y educaciones ecológicas tenemos que recuperar algunas capacidades perdidas o atrofiadas por el tipo de educación recibida. Y la psicoterapia, además de para abordar y resolver conflictos y trastornos emocionales, psicopatológicos o psicosomáticos, es una buena herramienta para recuperar dichas capacidades, como la empatía, el contacto interno, la expresión emocional, la gestión de las pulsiones y de los límites caracteriales, etc.

Es por ello, que tanto W. Reich, como el educador A. Neill aconsejaban que todo profesional de la salud y de la educación (y no solo los psicoanalistas como era tradición en esa época) realizaran una psicoterapia (vegetoterapia en este caso) personal como ayuda individual, pero también para su proyecto y en su praxis profesional y laboral.

Dentro de la dimensión política estamos haciendo referencia a la importancia de unir el trabajo institucional y de cambio social (político) que sería del orden de lo “objetivo” con el trabajo personal, y de cambio relacional y de nuestra vida cotidiana, que sería del orden de lo “subjetivo”, para poder realizar un cambio social estructural radical y permanente.

La Ecología de los sistemas humanos formaría parte de la dimensión de lo “subjetivo” pero en constante relación y colaboración con los movimientos políticos “objetivos”.

-- ¿¿Cómo se materializa tu propuesta de ESH en el caso de la ES.TE.R? Puedes poner algún ejemplo?

Por una parte seguimos desarrollando nuestra labor de intervención psicosocial preventiva dentro de equipos interdisciplinarios (obstetras, médic@s, psicólog@s, matron@s, psicoterapeutas, educador@s) tanto en el sistema familiar como en el educativo, así como a través de los medios de comunicación. Por ejemplo, con grupos de madres y parejas durante el embarazo; asistencia al parto ecológico; acompañamiento familiar durante el proceso madurativo del niñ@; grupos de padres y madres con niños y niñas de 0 a 4 años (repartidos por edades) espacios escolares alternativos como “els donyets”; talleres con adolescentes en los institutos; talleres con educadores, talleres de sexualidad, etc.

Asimismo facilitamos espacios divulgativos y de formación a profesionales de estos temas exponiendo tanto nuestro conocimiento y experiencia como las de otros autores afines, tanto en diversos lugares del Estado Español como en Europa y Latinoamérica.

Y hace poco, a partir del proyecto de la Ecología de Sistemas Humanos, creamos el “Instituto internacional de Ecología de los sistemas humanos” que presenté en París en julio del pasado año, 2011 junto con el obstetra Michel Odent, que como sabes ha sido uno de los pioneros del nacimiento ecológico, y el profesor Jean Loic Albina.

Este organismo pretende ser un espacio de investigación sobre la crianza ecológica que aglutine a todos aquellos colectivos que lo deseen y que trabajen en esta dirección. Colectivos de matron@s, de preparación al parto, de pediatr@s, de psicólog@s y pedagog@s, educador@s, departamentos universitarios etc.

El objetivo principal es crear una red de colectivos que trabajan áreas específicas (embarazo, partos naturales, adolescencia, escuelas infantiles, institutos, familias, vínculo, violencia de género…) para poder acceder a un conocimiento empírico y más global del desarrollo madurativo del ser humano que nos permita poder transmitir a la sociedad formas funcionales y ecológicas de crianza desde la vida intrauterina hasta la adolescencia dentro de los sistemas humanos.

Porque, como ya he mencionado, si cambiamos nuestra forma de criar, de educar, de relacionarnos, estamos contribuyendo al cambio social de forma radical y permanente.